AUREAM CULPAM

El siguiente ensayo fotográfico trata sobre el sentimiento de ansiedad y culpa por no estar produciendo constantemente. Toda la vida he escuchado comentarios, de parte de familiares, amigos, profesores y demás, que hay que aprovechar el tiempo, que nunca podemos estar parados sin hacer nada, ha creado en mí un malestar general siempre que no estoy trabajando. 

 

Sería mucha casualidad que solo fuera experiencia personal, así que me puse a preguntar a conocidos si también les ocurría a ellos, y la respuesta general fue que sí, todos lo pasaban mal, en mayor o menor medida, cuando no aprovechaban el tiempo. 

 

Esto me llevó a preguntarme el por qué tenemos en nuestra sociedad occidental esta costumbre, palabra clave. Es por esta duda que llego a Max Weber, con su libro La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, él hace un estudio sobre los países como Alemania, donde los líderes del sistema económico de estos eran protestantes, le hizo pensar que tenían una relación directa las profesiones que elegían con la fe:

 

“Los protestantes se lanzan en número mucho mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial…Comer bien o dormir tranquilo, dice el refrán; pues bien, en tal caso el protestante opta por comer bien”

Weber (1905). La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

 

Los protestantes preferían trabajar más horas a cambio de un mejor salario, pero…¿por qué? 

 

Weber se centra en una de las ramas del protestantismo, iniciada y nombrada tras Juan Calvino que tenían unas creencias específicas. Dietrich Schwanitz, escritor y profesor de la Universidad de Hamburgo y de Mannheim, en su libro La Cultura: Todo lo que hay que saber. explica:

 

«Calvino creía en la doble predestinación, es decir, en que desde el principio de la Creación Dios había predeterminado ya quién se salvaría y quién se condenaría…puesto que obrar y vivir en el temor de Dios se interpreta como síntoma de que se es uno de los pocos elegidos, todos desean descubrir en sí mismos los signos de la gracia divina y obran convenientemente. La doctrina de Calvino era una especie de profecía que se cumplía a sí misma» 

Schwanitz, Dietrich, (2002). La Cultura. Todo lo que hay que saber.

 

El calvinismo está caracterizado precisamente por la predestinación, ellos piensan que desde la creación del universo, Dios sabe si irán al cielo o al infierno, y no hay nada ni nadie que pueda alterar la decisión de Dios, por ende da igual cómo nos comportemos o que actos realicemos. Weber sostiene que por causa de la predestinación muchos Calvinistas sufrieron ansiedad psicológica al tener en ellos una constante duda de si eran salvos. Para calmar la inquietud de los fieles, los Calvinistas desarrollaron la idea de que hay signos o señales que indican si uno es salvo o no y dichos signos tenían que ver con el éxito económico y profesional.

 

La otra característica principal era el ascetismo intramundano, es decir, renunciaban a todos los bienes terrenales, cualquier deleite de la vida va en contra de sus convicciones religiosas, el verdadero sentido de la vida está en el más allá.

 

“La valoración religiosa del trabajo incesante, continuado y sistemático en la profesión, como medio ascético superior y como comprobación absolutamente segura y visible de regeneración y de autenticidad en la fe, tenía que constituir la más poderosa palanca de expansión del espíritu del capitalismo” 

Weber (1905). La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

 

Es así como Weber, nos muestra que la ética protestante es la base del capitalismo o como él llama “el espíritu del capitalismo”. Él no es el único que nos habla de este tema, también lo hace, entre otros, Gerson Leite de Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana de Mackenzie, en São Paulo:

 

«Cuando el calvinismo y el capitalismo se encuentran, es el matrimonio perfecto, ya que ambos tienen afinidades electivas, es decir, la misma lógica de funcionamiento (…) Ambos valoran el trabajo y reinvierten el fruto del trabajo en más trabajo. Lo que, en última instancia, genera acumulación de capital (…) Al calvinista le encanta trabajar porque así es como glorifica a Dios. Al capitalista le encanta trabajar porque así obtiene lucro»

Leite de Moraes (2022). BBC NEWS.

 

El Espíritu del capitalismo es un sistema normativo que implica un conjunto de ideas sistematizadas, por ejemplo, su objetivo consiste en infundir una actitud que persiga el beneficio racional y sistemáticamente. También la renuncia de los placeres terrenales, así mismo el espíritu del capitalismo lleva inculcados pensamientos como “el tiempo es dinero” que Benjamin Franklin en sus breves textos («Necessary hints to those that would be rich» y «Advice to a young tradesman») nos introduce ese ideal de aprovechar el tiempo de una forma mucho más directa, heredada por los ideales Calvinistas de su padre:

 

«Piensa que el tiempo es dinero: quien pudiendo ganar con su trabajo diez chelines al día se va a pasear medio día, o se queda en su habitación, no debe calcular, si sólo se gastara seis peniques en sus diversiones, que sólo se ha gastado eso, sino que tiene que calcular que se ha gastado otros cinco chelines más, o, mejor aún, que los ha derrochado.”

Franklin (1736, 1748). Necessary hints to those that would be rich y Advice to a young tradesman

 

El capitalismo, sin quererlo fue la consecuencia del calvinismo, aunque más adelante, “el espíritu” se desvanece y queda la carcasa, lo que conocemos actualmente cómo capitalismo. 

 

“En todo caso, el capitalismo victorioso puede prescindir de esa multa toda vez que dispone ya de soportes mecanizados. También el espíritu sonrosado de esa sonriente heredera de la antigua ascesis religiosa, la Ilustración, parece haber palidecido para siempre y como un fantasma de ideales religiosos ya pasados el sentido del ‘deber profesional’ anda por nuestras vidas”  

Weber (1905). La ética protestante y el espíritu del capitalismo.



La idea del deber es interesante ya que en esta estructura capitalista que Weber ve desposeída de ese espíritu que le dio origen a la transformación, quedan algunos reductos de que había algo moral presente, como el deber profesional. Esa idea de ser mejor (buen trabajador) o peor (vago) depende de cómo aprovechemos el tiempo. Hay una carga moral en nuestra actividad productiva.

 

El protestantismo jamás triunfó en España, entonces, ¿cómo es posible que algo de hace más de 500 años nos afecte actualmente? Pues al mismo ritmo que el capitalismo dejó atrás su espíritu, éste abrió fronteras y terminaría por expandirse por todo occidente en la forma que actualmente conocemos. 

 

El ensayo de Weber es importante porque demuestra que lo social influye a la acción humana y que estas acciones que pueden ser impuestas por una religión pueden llevar un cambio en la sociedad y que queden resquicios como que si no se aprovecha el tiempo no vas a llegar a nada.

 

Nietzche también llega a hablar sobre el tema diciendo que toda civilización, toda moralidad nace de las costumbres, de la tradición, la cual se configura como una autoridad superior, un ordenamiento, una determinación. En la prehistoria, ser moral no es más que someterse a una ley o a una tradición sin importar si se hace de buen gusto o no, pues 

la moralidad está determinada por la costumbre, es moralidad de las costumbres, por tanto no existe moralidad donde no manda la costumbre”

Nietzsche (1887). La genealogía de la moral

 

Marvin Harris, antropólogo, también habla de las reglas no escritas de una comunidad en su libro Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas: Los Enigmas de la Cultura, especialmente en el capítulo de las Vacas donde los Hindúes las adoran porque piensan que es un símbolo divino y representa todo lo que tiene vida, aunque paradójicamente esto conlleve una situación de pobreza y miseria. 

 

Esta paradoja, al igual que en la India, donde la gente se muere de hambre y prefieren rendirle culto a las vacas en vez de comérselas, también pasa en nuestra sociedad actual, vivimos con una sobreestimulación y un cambio constante que no nos deja parar a pensar en nosotros, creo que no hay mejor término que describa esto que “horror vacui”, tenemos que llenar cada momento de nuestras vidas de trabajo u otras actividades que sean provechosas, aunque esto vaya poniendo un peso encima de cada uno de nosotros y que cuando se para, nos genera malestar y ansiedad.

 

A pesar de que con el tiempo la costumbre se suaviza y acaba convirtiéndose en un hábito que se ejerce incluso con placer, en un principio, esta no deja de ser una imposición, una coacción necesaria para la supervivencia y el mantenimiento de una comunidad. Por tanto, todo aquel que no se someta a ella es considerado un verdadero peligro, pues no juega bajo las mismas reglas que el resto. No se puede confiar en él ni en su palabra. Es necesario, para la comunidad, obligar al transgresor a someterse y recordarle la preeminencia de las costumbres. 

 

Actualmente, en el arte contemporáneo vemos la misma problemática reflejada en algunas obras, aunque esta vez, más bien como una queja, una llamada de atención a la sociedad. Un ejemplo de este sentimiento podría ser el trabajo de WeiWei “Sunflower seeds”, donde llena una nave de más de cien millones de semillas de girasol fabricadas en porcelana de manera artesanal, que desde lejos se observan como una masa gris y al acercarse se ve la “personalidad” de cada semilla, esta fue su forma de intentar hacer ver a occidente que los chinos no son una masa productiva.

Dentro del arte actual existe un rechazo general al consumismo, en la obra Venus de los Trapos del artista Pistoletto tenemos una nueva crítica a la constante expansión del capitalismo y lo que este conlleva. Una montaña de ropa fabricada en el tercer mundo que empieza a engullir a Venus, el pasado, ésta nos da la espalda, como si ni siquiera intentara huir ya que no hay forma de parar esa masa de constante avance. Estamos en la época del aquí y el ahora donde con cada tendencia, se fuerza a la población de occidente a seguir trabajando para poder mantenerse dentro de esos estándares sociales (de belleza o vestimenta por ejemplo), cada vez más caros, y que cada vez cambian con más rapidez, así mismo haciendo que los países productores no puedan parar. Lo cual me recuerda a la instalación de Sun Yuan y Peng Yu “Can’t help myself” donde la obra consiste de un robot que con ayuda de la espátula que se le ha dado ha de contener el líquido granate para poder mantenerse funcionando, siendo este un aceite primordial para no morir. 

Es así como desde 2016 el robot no ha podido parar de luchar por su vida y es visible la merma que ha tenido en él todos esos años de constante trabajo, haciendo sus barridos mucho más lentos y pesados. 

Los mismos autores no han dicho qué significado tiene la obra, pero dentro del contexto de no parar nunca, encaja sin duda alguna y muestra cómo el trabajo incesante de la población lleva a los individuos a sostener sobre sus hombros un peso que no todo el mundo consigue aguantar. 

 

También me gustaría mencionar el trabajo del artista Tehching Hsieh que realizó cinco performances separadas de un año de duración cada una en las que cumplió con reglas simples pero altamente restrictivas durante todo el año. A lo largo de estas obras, Hsieh pasó un año de confinamiento solitario en una celda sellada a un año en el que fichaba cada hora en un reloj, como el de una fábrica pero en su estudio, cada hora en punto. A un año que pasó viviendo sin refugio en Manhattan, incluso un año de abstención total de toda actividad e influencias artísticas. Según él mismo es su forma de criticar a la sociedad occidental de no desconectar o como él dijo: “perder el tiempo y pensar libremente».



Para entender las fotografías es importante saber la relación entre el protestantismo y los cuadros elegidos, están relacionados de varias maneras. En primer lugar, el surgimiento del protestantismo en Europa durante el siglo XVI tuvo un impacto significativo en la forma en que se producía y se consumía arte en la región. Muchos protestantes rechazaban la iconografía tradicional de la Iglesia Católica, incluyendo las imágenes de santos y otros temas religiosos, lo que llevó a un cambio en el tipo de arte que se producía en áreas donde el protestantismo tenía una influencia fuerte.

 

En el caso de la pintura flamenca, esto significó un cambio en la mirada de los artistas, que comenzaron a enfocarse más en temas profanos y en retratar la vida cotidiana en lugar de escenas religiosas. Esto dio lugar a una nueva forma de arte conocida como pintura de género, que se centraba en la representación de escenas de la vida diaria y en retratos.

 

Otra forma en que el protestantismo estuvo relacionado con la pintura flamenca fue a través de su influencia en los patrones de consumo de arte. Con la creciente influencia del protestantismo, muchos mecenas protestantes comenzaron a comprar y apoyar a los artistas flamencos, lo que contribuyó a su éxito y popularidad.

 

La pintura renacentista del norte de Europa se caracteriza por una técnica que utiliza óleo sobre tabla como soporte para la pintura. Esta técnica se difundió en el norte de Europa a partir del siglo XV y se convirtió en la técnica dominante en la pintura renacentista en la región.

 

Una de las características más destacadas de esta técnica es su capacidad para producir colores más vibrantes y duraderos que otras técnicas de la época, como la pintura al temple. Además, el óleo sobre tabla permite a los artistas crear capas de pintura muy finas, lo que les facilitaba lograr una gran precisión en la representación de detalles y una gran profundidad en sus obras. 

Y es en los retratos en los que me centro, en los pocos que se podían permitir ser retratados, gente rica y con empresas que se había pasado la vida trabajando para resolver sus dudas de salvación: Mecenas, banqueros, nobles… ya que de aquí nace, como decía Weber, el espíritu del capitalismo, que más tarde nos acabaría afectando y es por eso que, cuando no aprovechamos el tiempo nos sentimos mal. 

 

En las fotografías, para mostrar los conceptos más importantes como podrían ser: Capitalismo, Paso del Tiempo, Religion, Oficio…; hay detalles escondidos y frases escritas que solo un ojo entrenado podría llegar a observar y entender ya que es un trabajo con muchas capas que descifrar, tanto teóricamente como en las mismas fotografías. Un espectador sin un bagaje artístico, podría llegar a quedar asombrado con las imágenes en sí, que podrían ser simplemente bellas para ellos. Un espectador que sí supiera algo de arte y de historia, podría ser que llegara a la relación entre las imágenes y el protestantismo, es por eso que algunas de las imágenes son simplemente para contextualizar y dar alguna pista sobre la época. Y por último y más difícil sería la tercera capa, en la que un espectador tendría que poder enlazar las fotografías a la pintura flamenca, la pintura flamenca al protestantismo, el protestantismo al capitalismo, el capitalismo a sentirse mal cuando no se produce todo el tiempo.

 

Técnicamente ha sido complejo llegar a recrear la luz puesto que esta fue un elemento fundamental en la pintura flamenca. Los artistas utilizaron la luz de manera muy precisa y detallada para dar vida a sus pinturas y hacerlas más realistas. Uno de los aspectos más destacados del uso de la luz en la pintura flamenca fue el desarrollo de la técnica del claroscuro. Esta técnica consiste en la creación de contrastes entre áreas claras y oscuras en una pintura para dar sensación de profundidad y volumen. 

 

La otra, y la mayor complejidad de este proyecto era la ropa, el atrezzo y los fondos, que han sido posibles de recrear gracias a la ayuda de un gran equipo que me ha acompañado durante todo el trabajo. Hay 30 modelos, y no es casualidad que ninguno se repita, ya que de alguna manera me gustaba la idea de que todos estamos afectados, de mayor o menor manera por la costumbre.

 

A partir de la propuesta de la cual ha surgido este ensayo, se nos brindan tres reflexiones diferentes sobre la función del arte para Aristóteles, el cual para él, es un ejercicio mimético, de copiar, que nos lleva a un aprendizaje. Es así como el espectador, aprendiendo, siente un placer estético.

 

“El verdadero y propio fin del poeta no es sino aprovechar introduciendo las virtudes, y extirpando los vicios de los ánimos de los ciudadanos. Y esto lo consigue purgandolos de aquellas pasiones de las cuales nacen y dependen muchas de las cosas adversas.”

Scipione Gentili (1586) Annotationi Sopra La Gierusalemme Liberata Di Torquato Tasso



Scipione entiende que el arte para aristóteles es extirpar los malos vicios de los ciudadanos, en este caso, el vicio de trabajar y no perder un segundo de nuestras vidas, que aunque nos haga más mal que bien, ejercemos con placer, al igual que la paradoja que mencionaba Marvin Harris con las vacas.

 

“Y así la catarsis es también clarificación y purificación; es el retorno del alma desde la incertidumbre a la certeza desde el desconocimiento al conocimiento, desde la oscuridad a la luz, desde la turbación al orden y equilibrio”

Manara Valmigi (1946) Poética



A través de generar un clímax hasta que se ha aprendido una lección, Manara nos habla de una clarificación, aprendizaje, que lleva al espectador a pensar más allá de donde nunca se había planteado pensar, es por eso, que la problemática que expongo no es obvia, sino que es un ejercicio entre espectador y fotógrafo, donde, mediante pistas reflejadas en las imágenes, título principal, título de cada fotografía, montaje y demás, nos lleva por un laberinto donde al principio, el espectador casi que no ve la luz, no entiende el mensaje, pero conforme va encontrando dichas huellas irá gradualmente aumentando su conocimiento, hasta el clímax.